Envío un primer texto de la Internacional Comunista, que es
el primero de una serie de textos de los cuatro primeros congresos de la
Internacional (antes de la muerte de Lenin) en los que se pronuncia a favor de
la lucha armada.
Dichos textos fueron producidos en un momento histórico
signado por el fin de la primera guerra mundial, el estallido de revoluciones
proletarias en Europa y con las economías nacionales del continente agotadas
por el esfuerzo de la Gran Guerra. Los Estados europeos, por diversos factores,
pudieron capear momentáneamente las crisis revolucionarias pero, dada su
relativa debilidad, debieron recurrir a la movilización de clases intermedias y a las formaciones especiales para-estatales
(fascismo), cuya finalidad fue la de aplastar definitivamente cualquier intento
revolucionario por parte de la clase trabajadora y de su vanguardia.
En este contexto, la lucha armada por el poder se encontraba
a la orden del día y la Internacional Comunista se pronunció abiertamente a su
favor, llamando a los partidos miembros a organizar la violencia
revolucionaria.
Esto evidencia que ni la Internacional, ni Lenin, ni
Trotsky, llamaban a desarrollar la lucha armada sin considerar el momento
específico de la lucha de clases. Sin embargo, también evidencia que, cuando la
lucha armada se encontraba planteada en toda su actualidad, el llamamiento era el
de intervenir activamente en su organización y desarrollo y no a esperar a que
el proletariado se armara por su cuenta.
INVITACIÓN AL PARTIDO COMUNISTA ALEMÁN (SPARTAKUSBUND) AL I CONGRESO DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA
¡Queridos camaradas! Los partidos y organizaciones abajo firmantes consideran que la convocatoria del primer Congreso de la nueva Internacional revolucionaria es una necesidad imperiosa. En el curso de la guerra y de la revolución se puso de manifiesto no sólo el fracaso total de los viejos partidos socialistas y socialdemócratas a la vez que el de la II Internacional, no sólo la incapacidad de los elementos intermedios, de la vieja socialdemocracia (llamada “Centro”) para la acción revolucionaria
efectiva sino que, actualmente, se esbozan ya los contornos de la verdadera Internacional Revolucionaria. El movimiento ascendente extremadamente rápido de la revolución mundial que plantea constantemente nuevos problemas, el peligro de aniquilamiento de esta revolución por medio de la alianza de los estados capitalistas unidos contra la revolución bajo la bandera hipócrita de la “Sociedad de las Naciones”, las tentativas de los partidos socialtraidores de unirse y ayudar nuevamente a sus gobiernos y a sus burguesías a traicionar a la clase obrera luego de ser acordada una “amnistía” recíproca, finalmente la experiencia revolucionaria tan rica y ya adquirida y la internacionalización de todo el movimiento revolucionario, todas esas circunstancias nos obliga a tomar la iniciativa de incluir en el orden del día de la discusión la cuestión de la convocatoria de un Congreso Internacional de los partidos proletarios revolucionarios.
I. LOS OBJETIVOS Y LA TÁCTICA
El reconocimiento de los siguientes puntos, establecidos aquí como programa y elaborados sobre la base de los programas del Spartakusbund en Alemania y del Partido Comunista (bolcheviques) en Rusia, debe, según nuestro criterio, servir de base a la nueva Internacional.
1.- El período actual es el de la descomposición y el hundimiento de todo el sistema capitalista mundial y será el del hundimiento de la civilización europea en general si no se destruye al capitalismo con sus contradicciones insolubles.
2.- La tarea del proletariado consiste en la actualidad en apoderarse del poder de estado. La torna del poder del estado de la burguesía y la organización de un nuevo aparato del poder proletario.
3.- El nuevo aparato del poder debe representar la dictadura de la clase obrera y, en determinados lugares, también la de los pequeños campesinos y obreros agrícolas, es decir que debe ser el instrumento de la subversión sistemática de la clase explotadora y el de su expropiación. No la falsa
democracia burguesa (esa forma hipócrita de dominación de la oligarquía financiera) con su igualdad puramente formal, sino la democracia proletaria, con la posibilidad de realizar la liberación de las masas trabajadoras; no el parlamentarismo sino la autoadministración creada por las propias masas, con la participación real de esas masas en la administración del país y en la actividad de la construcción socialista, ese debe ser el modelo del estado proletario. El poder de los consejos obreros y de las organizaciones obreras es su forma concreta.
4.- La dictadura del proletariado debe ser el incentivo de la expropiación inmediata del capital, de la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción y de la trasformación de esta propiedad en propiedad popular.
La socialización (por socialización entendemos aquí la abolición de la propiedad privada que pasa a manos del estado proletario y de la administración socialista de la clase obrera) de; la gran industria y de los bancos, sus centros de organización; la confiscación de las tierras de los grandes propietarios terratenientes y la socialización de la producción agrícola capitalista; la monopolización del comercio; la socialización de los grandes inmuebles en las ciudades y las grandes propiedades en el campo; la introducción de la administración obrera y la centralización de las funciones económicas en manos de organismos emanados de la dictadura proletaria, estos son los problemas esenciales en la actualidad.
5.- Para la seguridad de la revolución socialista, para su defensa contra enemigos interiores y exteriores, para la ayuda a las otras fracciones nacionales del proletariado en lucha, etc., es preciso proceder al desarme completo de la burguesía y de sus agentes, y el armamento general del proletariado.
6.- La situación mundial exige ahora el contacto más estrecho posible entre los diferentes sectores del proletariado revolucionario y la unión total de los países en los cuales la revolución socialista ha triunfado.
7.- El método fundamental de la lucha es la acción de masas del proletario, incluida la lucha abierta a mano armada contra el poder de estado del capital.
II. RELACIONES CON LOS PARTIDOS “SOCIALISTAS”
8.- La II Internacional se dividió en tres grupos principales: los socialpatriotas declarados que, durante toda la guerra imperialista de los años 1914-1918 sostuvieron a su propia burguesía y transformaron a la clase obrera en verdugo de la revolución internacional; el “centro”, cuyo dirigente teórico es actualmente Kautsky y que representa a una organización de elementos constantemente oscilantes, incapaces de seguir una línea directriz determinada y que actúan muchas veces como verdaderos traidores; finalmente, el ala izquierda revolucionaria.
9.- En lo que respecta a los socialpatriotas, que en todas partes y en los momentos críticos se oponen con las armas en la mano a la revolución proletaria, sólo es posible la lucha implacable. En lo que hace al “centro”, se impone la táctica del debilitamiento de los elementos revolucionarios, la crítica despiadada y el desenmascaramiento de los jefes. En una cierta etapa del desarrollo, la separación organizativa de los militantes del centro es absolutamente necesaria.
10.- Por otra parte, es necesaria la alianza con esos elementos del movimiento revolucionario que, no habiendo pertenecido antes al partido socialista, se ubican ahora en su conjunto en el campo de la dictadura proletaria bajo la forma del poder soviético. Son, en primer lugar, los elementos sindicalistas del movimiento obrero.
11.- Finalmente, es necesario atraer a todos los grupos y organizaciones proletarias que, aunque no se han ubicado abiertamente en la corriente revolucionaria de izquierda, manifiestan sin embargo en su desarrollo una tendencia en esa dirección.
12.- Concretamente, proponemos que participen en el Congreso los representantes de los partidos, tendencias y grupos que se enumeran a continuación (los miembros con plenos derechos de la Tercera Internacional serán otros partidos, aquellos que aprueben totalmente sus resoluciones).
...
III. EL PROBLEMA DE LA ORGANIZACIÓN Y EL NOMBRE DEL PARTIDO
13.- La base de la Tercera Internacional está dada por el hecho que en diferentes partes de Europa ya se han formado grupos y organizaciones de camaradas de ideas ubicados en una plataforma común y que emplean en general los mismos métodos tácticos. Estos son, en primer lugar, los espartakistas en Alemania y los partidos comunistas en muchos otros países.
14.- El Congreso debe publicar, de cara a una vinculación permanente y de una dirección metódica del movimiento, un órgano de lucha común, como centro de la Internacional Comunista, subordinando los intereses del movimiento de cada país a los intereses comunes de la revolución a escala internacional. Las formas concretas de la organización, de la representación, etc., serán elaboradas por el Congreso.
15.- El Congreso deberá adoptar el nombre de “Primer Congreso de la Internacional Comunista”, convirtiéndose los diferentes partidos en sus secciones. Teóricamente, Marx y Engels ya habían considerado errónea la denominación de “socialdemócrata”. El derrumbe vergonzoso de la Internacional socialdemócrata exige, aquí también, una separación. Finalmente, el núcleo fundamental del gran movimiento ya está formado por una serie de partidos que han adoptado ese nombre. Considerando lo que acabamos de decir, proponemos a todas las organizaciones y partidos hermanos incluir en el orden del día la cuestión de la convocatoria del Congreso Comunista Internacional...
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