Envío otro texto, en este caso los Estatutos de la Comintern en la que se toma abierto partido, en sus considerandos, por la lucha armada contra la burguesía y se adopta esa lucha como un objetivo de la I.C. La importancia de tal planteamiento radica en que se pronuncia por la lucha armada con un carácter principista, es decir, que hace a la esencia misma de la organización. De una organización para el combate.
ESTATUTOS DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA
En 1864 fue fundada en Londres la primera Asociación
Internacional de Trabajadores, la primera Asociación Internacional. Los
estatutos de esta asociación decían:
“Considerando:
Que la emancipación de la clase obrera debe ser lograda sólo
por la clase obrera;
Que la lucha por esta emancipación de ningún modo significa
una lucha por la creación de nuevos privilegios de clase y de monopolios sino
que se trata de una lucha por el establecimiento de la igualdad de derechos y
de deberes y por la supresión de toda dominación de clase;
Que la sumisión económica del hombre al trabajo bajo el
régimen de los poseedores de los medios de producción (es decir de todos los
recursos vitales) y la esclavitud bajo todas sus formas son las causas
principales de la miseria social, de la degradación moral y de la dependencia
política;
Que la emancipación económica de la clase obrera es en todas
partes el objetivo esencial al que todo movimiento político debe ser
subordinado como un medio;
Que todos los esfuerzos tendientes a lograr ese gran
objetivo fracasaron a causa de la falta de solidaridad entre los trabajadores
de los diferentes sectores de trabajo en cada país y de una alianza fraterna
entre los trabajadores de los diferentes países;
Que la emancipación no es un problema local o nacional sino
un problema social de todos los países donde existe el régimen social moderno y
cuya solución depende de la colaboración teórica y práctica de los países más
avanzados;
que la renovación actual simultánea del movimiento obrero en
los países industriales de Europa despierta en nosotros por un lado nuevas
esperanzas pero por el otro significa una solemne advertencia para no caer en
los viejos errores, y nos convoca a la coordinación inmediata del movimiento
que hasta ahora no era coherente...”
La II Internacional, fundada en 1889 en París, fue encargada
de continuar la obra de la I Internacional. Pero en 1914, al comienzo de la
guerra mundial, sufrió un crak total. La II Internacional murió, corroída por
el oportunismo y abatida por la traición de sus jefes, que se pasaron al campo
de la burguesía.
La III Internacional comunista, fundada en marzo de 1919 en
la capital de la República Socialista Federativa de los Soviets, en Moscú, declaró
solemnemente a la faz del mundo que ella se encargaba de proseguir y acabar la
gran obra emprendida por la I Internacional de los Trabajadores.
La III Internacional comunista se constituyó al final de la
matanza imperialista de 1914-1918, durante la cual la burguesía de los diversos
países sacrificó veinte millones de vidas.
¡Acuérdate de la guerra imperialista! Estas son las primeras
palabras que la Internacional Comunista dirige a cada trabajador, cualquiera
que sea su origen y su lengua.
¡Recuerda que debido a la existencia del régimen
capitalista, un puñado de imperialistas tuvo durante cuatro largos años la
posibilidad de obligar a todos los trabajadores del mundo a degollarse!
¡Recuerda que la guerra burguesa sumió a Europa y al mundo
entero en el hambre y la indigencia!
¡Recuerda que sin la liquidación del capitalismo, la
repetición de esas guerras criminales no sólo es posible sino inevitable!
La Internacional comunista se fija como objetivo la lucha
armada por la liquidación de la burguesía internacional y la creación de la
república internacional de los soviets, primera etapa en la vía de la supresión
total de todo régimen gubernamental.
La Internacional comunista considera la dictadura del
proletariado como el único medio disponible para sustraer a la humanidad de los
horrores del capitalismo. Y la Internacional Comunista considera al poder de
los Soviets como la forma de dictadura del proletariado que impone la historia.
La guerra imperialista creó un vínculo particularmente
estrecho entre los destinos de los trabajadores de un país y los del
proletariado de todos los otros países. La guerra imperialista confirmó una vez
más la veracidad de lo que podía leerse en los estatutos de la I Internacional:
la emancipación de los trabajadores no es una tarea local ni nacional sino una
tarea social e internacional.
La Internacional Comunista rompe para siempre con la
tradición de la II Internacional para la cual en los hechos sólo existían los
pueblos de raza blanca. La Internacional comunista fraterniza con los hombres
de raza blanca, amarilla, negra, con los trabajadores de toda la tierra. La
Internacional comunista apoya, integralmente y sin reservas, las conquistas de
la gran revolución proletaria en Rusia, de la primera revolución socialista de
la historia que resultara victoriosa e invita a los proletarios del mundo a
marchar por el mismo camino. La Internacional comunista se compromete a
sostener por todos los medios a su alcance a toda república socialista que sea
creada en cualquier lugar de la tierra. La Internacional comunista no ignora
que, para conseguir la victoria, la Asociación Internacional de los
Trabajadores, que combate por la abolición del capitalismo y la instauración
del comunismo, debe contar con una organización fuertemente centralizada.
El mecanismo organizado de la Internacional comunista debe
asegurar a los trabajadores de cada país la posibilidad de recibir en todo
momento, por parte de los trabajadores organizados de otros países, toda la
ayuda posible.
Una vez considerado lo que antecede, la Internacional
comunista adopta los siguientes estatutos:
Artículo 1º — La Nueva Asociación Internacional de los
Trabajadores es fundada con el objeto de organizar una acción conjunta del
proletariado de los diversos países, tendiente a un solo fin: la liquidación
del capitalismo, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de una
república internacional de los soviets que permitirán abolir totalmente las
clases y realizar el socialismo, primer grado de la sociedad comunista.
Art. 2º — La nueva Asociación Internacional de los
Trabajadores adopta el nombre de Internacional Comunista.
Art. 3º — Todos los partidos y organizaciones afiliadas a la
Internacional comunista llevan el nombre de Partido comunista de tal o cual
país (sección de la Internacional comunista).
Art. 4º — La instancia suprema de la Internacional comunista
es el Congreso mundial de todos los partidos y organizaciones afiliadas. El
Congreso mundial sanciona los programas de los diferentes partidos que adhieren
a la Internacional comunista. Examina y resuelve los problemas esenciales
programáticos y tácticos relativos a la actividad de la Internacional
comunista. El número de votos deliberativos que en el Congreso mundial
corresponderán a cada partido u organización, será fijado por una decisión
especial del Congreso. Además, es indispensable determinar, lo más rápidamente
posible, las normas de representación, basándose en el número efectivo de los
miembros de cada organización y teniendo en cuenta la influencia real del
partido.
Art. 5º — El Congreso internacional elige un Comité
ejecutivo de la Internacional comunista, que se convierte en la instancia
suprema de la Internacional comunista durante los intervalos que separen las
sesiones del Congreso mundial.
Art. 6º — La sede del Comité Ejecutivo de la Internacional
comunista será designada, en cada nueva sesión, por el Congreso mundial.
Art. 7º — El Congreso mundial extraordinario de la
Internacional comunista puede ser convocado ya sea por decisión del Comité
Ejecutivo o a pedido de la mitad del número total de los Partidos afiliados en
el último Congreso mundial.
Art. 8º — El trabajo principal y la gran responsabilidad, en
el seno del Comité Ejecutivo de la Internacional comunista, incumbe
principalmente al Partido comunista del país donde el Congreso mundial ha
fijado la sede del Comité Ejecutivo. El Partido comunista de ese país tiene por
lo menos cinco representantes con votos deliberativos en el Comité Ejecutivo.
Además, cada uno de los llamados doce partidos comunistas más importantes tiene
un representante con voto deliberativo en el Comité Ejecutivo. La lista de esos
partidos es sancionada por el Congreso mundial. Los otros partidos u
organizaciones tienen el derecho de delegar ante el Comité representativo (a
razón de uno por organización) con voto consultivo.
Art. 9º — El Comité Ejecutivo de la Internacional comunista
dirige en el intervalo que separa las sesiones de los Congresos todos los
trabajos de la Internacional comunista, publica, en cuatro lenguas por lo menos
un órgano central (la revista La internacional comunista), publica los
manifiestos que juzga indispensables en nombre de la Internacional Comunista y
da a todos los Partidos y organizaciones afiliadas instrucciones con fuerza de
la ley. El Comité Ejecutivo de la Internacional comunista tiene el derecho de
exigir a los Partidos afiliados la exclusión de los grupos o individuos que
hayan transgredido la disciplina proletaria. Puede exigir la expulsión de los
Partidos que violen las decisiones del Congreso mundial. Esoss Partidos tienen
el derecho de apelar al Congreso mundial. En caso de necesidad, el Comité
Ejecutivo organizará, en los diferentes países, secretarías auxiliares técnicas
o de otro tipo que le estarán totalmente subordinadas.
Art. 10. — El Comité ejecutivo de la Internacional comunista
tiene el derecho de cooptar, acordándoles votos consultivos, a los
representantes de las organizaciones y de los partidos no admitidos en la
Internacional comunista pero que simpatizan con el comunismo.
Art. 11. — Los órganos de la prensa de todos los Partidos y
organizaciones afiliadas a la Internacional comunista o que simpatizan con
ella, deben publicar todos los documentos oficiales de la Internacional
comunista y de su Comité Ejecutivo.
Art. 12. — La situación general en Europa y en América
impone a los comunistas la obligación de crear, paralelamente a sus
organizaciones legales, organizaciones secretas. El Comité ejecutivo de la
Internacional comunista tiene el deber de vigilar la observancia de este
artículo de los estatutos.
Art. 13. — Es norma que todas las relaciones políticas que
presentan una cierta importancia entre los diferentes Partidos afiliados a la
Internacional comunista tengan por intermediario al Comité Ejecutivo de la
Internacional comunista. En caso de urgencia, esas relaciones pueden ser
directas a condición de que el Comité ejecutivo de la Internacional sea
informado.
Art. 14. — Los sindicatos que han optado por el comunismo y
que forman grupos internacionales bajo el control del Comité ejecutivo de la
Internacional comunista, constituyen una sección sindical de la Internacional
comunista. Los sindicatos comunistas envían sus representantes al Congreso
mundial de la Internacional comunista por intermedio del Partido comunista de
su país. La sección sindical de la Internacional comunista delega a uno de sus
miembros ante el Comité ejecutivo, donde tiene voz deliberativa. El Comité
ejecutivo tiene el derecho de delegar, ante la sección sindical de la
Internacional comunista, un representante con voto deliberativo.
Art. 15. — La Unión Internacional de la Juventud comunista
está subordinada a la Internacional comunista y a su Comité ejecutivo. Delega
un representante de su Comité ejecutivo al Comité ejecutivo de la Internacional
comunista, donde tiene voto deliberativo. El Comité ejecutivo de la
Internacional comunista tiene la facultad de delegar ante el Comité Ejecutivo
de la Unión de la Juventud un representante con voto deliberativo. Las relaciones
mutuas existentes entre la Unión de la Juventud y el Partido comunista, en
cuanto que organizaciones, en cada país están basadas en el mismo principio.
Art. 16. — El Comité Ejecutivo de la Internacional comunista
resolverá la designación de un secretario del movimiento feminista
internacional y organizará una sección de Mujeres comunistas de la
Internacional.
Art. 17. — Todo miembro de la Internacional comunista que se
traslade de un país a otro, será fraternalmente recibido en éste por los
miembros de la III Internacional.
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