sábado, 12 de julio de 2014

Lenin y la lucha armada (XVI)

En este envío subo un texto de Lenin en el que insta a los grupos de combate guerrilleros del partido bolchevique a dejar de lado la inactividad y a comenzar con las acciones guerrilleras, de conformidad con las resoluciones del último Congreso del POSDR.

Ejército ciudadano irlandés.

Los acontecimientos del día.

La "jornada sangrienta" de Varsovia y de otras ciudades polacas, el atentado contra Stolipin y el asesinato de Min, todo ello ha despertado interés general por el problema de las "acciones guerrilleras"; empleamos la expresión que se ha hecho usual en el partido y que ha sido confirmada por una resolución del Congreso de Unificación.

El Consejo de Redacción se propone publicar próximamente uno o varios artículos sobre esta importantísima cuestión, analizándola con la mayor amplitud posible. Mientras tanto, a fin de no dejar a nuestros lectores en la ignorancia de nuestros puntos de vista, haremos algunas breves observaciones, que en artículos posteriores serán desarrolladas en detalle y formuladas con mayor precisión.

Primera observación. Los extremos nunca son buenos; ningún socialista pondrá en duda que es necesario tomar en cuenta el sentimiento de las masas cuando se trata de organizar acciones guerrilleras. Por ello, estimamos absolutamente necesario tener en cuenta la opinión del Bund, que está familiarizado con las condiciones de trabajo en Varsovia y con el sentimiento de las masas en esa ciudad (y que, al parecer, se solidariza con los socialdemócratas polacos), a saber: la opinión de que el PSP "ha llegado demasiado lejos". Si lo hizo o no es un hecho que no tenemos competencia para resolver. Nunca es aconsejable ir demasiado lejos, pero sería erróneo deducir que cierta forma de lucha no sirve porque se hayan  producido casos aislados de "llegar a los extremos".

En términos generales, pensamos que la intensificación de la guerra de guerrillas en Rusia, después de la disolución de la Duma, es beneficiosa. Una guerra de guerrillas implacable y exterminadora contra los agentes gubernamentales de la violencia es, a nuestro modo de ver, una lucha oportuna y conveniente.

Segunda observación. El CC de nuestro partido se equivoca sin duda, y se equivoca profundamente, al declarar en una nota a la "carta" número 4 (dirigida a las organizaciones del partido): " Se comprende de suyo que nuestro partido rechaza, como antes, las llamadas acciones combativas 'guerrilleras'."

Esto es falso. Nosotros acatamos las decisiones del Congreso, pero en ningún caso nos sometemos a las decisiones del CC que violen las decisiones del Congreso. Todo aquel que se tome la molestia de leer atentamente la resolución del Congreso de Unificación titulada Sobre las acciones guerrilleras, advertirá fácilmente que nuestro partido rechaza un tipo de acciones guerrilleras, admite otro y recomienda un tercero.

Rechaza totalmente la expropiación de la propiedad privada. No rechaza la incautación de los fondos del Estado, pero rodea esta medida de condiciones especialmente rigurosas ("en caso de que se creen los órganos de poder revolucionario en la localidad dada", etc.)

La resolución del Congreso admite, además, las acciones guerrilleras sin la expropiaración de bienes, es decir, admite el "terror", admite las acciones guerrilleras cuyo fin es dar muerte al enemigo. Esta admisión aparece nítidamente y se expresa en forma inequívoca en las primeras palabras de la mencionada resolución, después de la introducción:

"El Congreso resuelva: 1) Considerando que a la par con [la cursiva es nuestra] la preparación de las fuerzas revolucionarias para la insurrección que se avecina, insurrección que se asienta en la organización de las masas obreras, será inevitable la lucha activa contra el terror gubernamental y contra la violencia de los centurionegristas, es necesario... (luego habla de la prohibición de robar, de la incautación de fondos privados, etc).

Esta cita de la resolución del Congreso es absolutamente clara. "A la par" con el trabajo de masas admite la "lucha activa" contra los agentes de la violencia, lo cual implca, sin duda alguna, su extermino por medio de "acciones guerrilleras".

En la resolución sólo se señala una limitación de esta segunda forma de acción guerrillera (el exterminio de los agentes de la violencia) y es la siguiente: "evitar los atentados contra la propiedad personal de ciudadanos pacíficos, exceptuando [¡fíjense bien!] aquellos casos en que esto se produce como resultado involuntario de la lucha contra el gobierno o cuando se debe a las exigencias de la lucha directa, por ejemplo, al levantar barricadas."

Así, pues, cuando lo exige la lucha directa, también se admiten los atentados contra la propiedad privada, por ejemplo, la incautación de vehículos y otros elementos para las barricadas. Cuando la lucha no es directa, el Congreso nos ordena evitar los atentados contra la seguridad personal de ciudadanos "pacíficos"; pero en seguida señala una excepción, a saber: el Congreso no responsabiliza a los que oartucuoen en las acciones guerrilleras de los atentados "involuntarios" contra la seguridad personal, resultantes de la lucha contra el gobierno.

Por último, el Congreso recomienda concretamente al partido un tipo de acciones guerrilleras, al resolver sin reservas ni limitaciones: "incautarse, en todas las oportunidades que se presenten, de las armas y municiones pertenecientes al gobierno..."

Por ejemplo: los guardias tienen armas que pertenecen al gobierno. "Se presenta la oportunidad..."

Tercera observación. Aconsejamos a los numerosos grupos de combate de nuestro partido que pongan fin a su inactividad y emprendan una serie de acciones guerrilleras, basándose rigurosamente en las resoluciones del Congreso, es decir, sin ninguna expropiación de bienes, con los menores "atentados contra la seguridad personal" de ciudadanos pacíficos, pero con los máximos atentados contra la seguridad personal de los espías, de los centurionegristas activos, de los oficiales de la policía, del ejército y de la marina, etc., etc. Pero hay que "incautarse en todas las oportunidades que se presenten, de las armas y municiones pertenecientes al gobierno."

Proletari, número 1, 21 de agosto de 1906.

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