martes, 6 de mayo de 2014

Lenin y la lucha armada (III)

Este envío incluye partes de la intervención de Lenin durante el III Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), del 25 (12) de abril de 1905, al 10 de mayo (27 de abril) del mismo año, reunido a fin de discutir la caracterización de la etapa y determinar las tareas fundamentales que debería llevar adelante el partido. Por su extensión no lo subo entero sino sólo las partes pertinentes que hacen consideraciones sobre la insurrección armada y sobre la actuación política.



III Congreso del P.O.S.D.R., 12 (25) de abril – 27 de abril (10 de mayo) de 1905.

“… el III Congreso del POSDR acuerda que la tarea de organizar las fuerzas del proletariado para luchar directamente contra la autocracia por la vía de la huelga política de masas y de la insurrección armada, creando con ese fin un aparato de información y dirección, constituye una de las fundamentales tareas del partido, en el momento revolucionario actual; por esta razón, el congreso del partido encomienda tanto al CC como a los comités locales y a las agrupaciones la preparación de la huelga política de masas y la organización de grupos especiales para el aprovisionamiento y la distribución de armas, para la elaboración de un plan con vistas a la insurrección armada y para abordar sin demora los trabajos encaminados a dirigir esta insurrección” (III Congreso del POSDR, Proyecto de resolución sobre la actitud del POSDR ante la insurrección armada).

“A base de las experiencias de los militantes que actúan en el campo de la práctica y del estado de ánimo de las masas obreras, el congreso del partido registra que la preparación de la insurrección debe abarcar, no solamente el aprovisionamiento de armas, la formación de grupos, etc., sino también la acumulación de experiencias, mediante los intentos prácticos de acciones armadas sueltas, como, por ejemplo, los ataques de destacamentos armados contra la policía y las tropas con motivo de estas o las otras reuniones públicas o los asaltos de destacamentos armados a las cárceles, los edificios de gobierno, etc. El congreso del partido deja por entero al criterio de las direcciones locales del partido y del CC el determinar los marcos de tales acciones y elegir la ocasión más adecuada para ellas, ya que el congreso confía plenamente en la capacidad de discernimiento de los camaradas, quienes sabrás evitar que las fuerzas se malgasten inútilmente en actos terroristas aislados e insignificantes; al mismo tiempo, el congreso llama la atención de todas las organizaciones del partido hacia la necesidad de tener en cuenta las indicaciones precedentes, aconsejadas por la experiencia anterior (Proyecto de resolución sobre la insurrección armada)

“Toda la historia del último año ha puesto de manifiesto que hemos subestimado la importancia y el carácter inevitable de la insurrección. Hay que concentrar la atención en el lado práctico del asunto. En este respecto, es extremadamente importante la experiencia de los militantes prácticos y de los obreros, en Petesburgo, en Riga y en el Cáucaso. Por eso yo recomendaría que los camaradas hablaran acerca de sus experiencias, lo que despojaría a nuestros debates de su escolasticismo y les daría un carácter práctico. Hay que esclarecer cuál es el estado de espíritu del proletariado, si los obreros se sienten capaces de luchar y de dirigir la lucha. Hay que compendiar la experiencia colectiva, que hasta ahora no ha sido sintetizada” (Discurso sobre la insurrección armada, 15 (28) de abril).

“En los debates, se ha colocado el problema sobre una base práctica: el estado de espíritu de las masas. Tiene razón el camarada Lieskov cuando dice que el estado de espíritu de las masas es heterogéneo. Pero también está en lo cierto el camarada Járkov al decir que debemos contar con que la insurrección se producirá inevitablemente, cualquiera que sea la actitud que nosotros adoptemos ante ella (…) El participar del modo más enérgico no quiere decir tener la hegemonía. EL camarada Mijáilov se ha expresado, a mi juicio, en términos positivos; señala la hegemonía, y lo hace, además en forma concreta (…) La socialdemocracia puede organizar la insurrección y puede, incluso, decidirla, pero el que llegue a asegurar su dirección no cabe determinarlo de antemano, pues ello dependerá de la fuerza y del grado de organización del proletariado (…) Es posible, evidentemente, que el proletariado decida del desenlace de la revolución, pero no puede afirmarse de un modo incondicional (…) Por lo que se refiere a la creación de grupos especiales de combate, puedo decir que yo los considero necesarios. No tenemos por qué temer a la creación de grupos especiales” (Lenin, Discurso sobre la insurrección armada, 16 (29) de abril).

Considerando

1) que el proletariado, que es por su situación, la clase más avanzada y la única consecuentemente revolucionaria, está llamada por ello mismo a llevar a la práctica la dirección del movimiento revolucionario democrático general de Rusia;

2) que, en la actualidad, este movimiento ha conducido ya a la necesidad de la insurrección armada;

3) que el proletariado participará inevitablemente en esta insurrección del modo más enérgico y que esta participación decidirá de la suerte de la revolución en Rusia;

4) que el proletariado sólo podrá llevar a cabo la dirección de esta revolución a condición de que se aglutine como una fuerza política unida e independiente bajo la bandera del Partido Obrero Socialdemócrata, que dirige la lucha no sólo en el terreno ideológico, sino también en el terreno práctico;

5) que sólo el poner en práctica esta dirección asegurará al proletariado las condiciones más favorables para la lucha por el socialismo en contra de las clases poseedoras de la Rusia democrático-burguesa,

El III Congreso del POSDR reconoce que la tarea de organizar al proletariado para la lucha directa contra la autocracia por la vía de la insurrección armada constituye una de las tareas más importantes e inaplazables del partido en los actuales momentos revolucionarios.

Por lo cual, el congreso encomienda a todas las organizaciones del partido:

a) esclarecer al proletariado, por medio a de la propaganda y la agitación, no sólo la importancia política, sino también el lado práctico – organizativo de la insurrección armada que tenemos por delante;

b) explicar, en esta propaganda y agitación, el papel de la huelga política de masas, que podrá llegar a adquirir una gran importancia al comienzo y en el transcurso de la insurrección;

c) adoptar las medidas más enérgicas para el armamento del proletariado y para la elaboración de un plan de insurrección armada y de la dirección inmediata de la insurrección y, en la medida en que ello sea necesario, proceder a crear con este fin grupos especiales de militantes del partido”

(Resolución sobre la insurrección armada, 16 (29) de abril de 1905)

“… c) adoptar medidas para que nuestras organizaciones de partido, reteniendo y desarollando su aparato conspirativo, procedan inmediatamente y en todos los casos en que ello sea posible a elaborar las formas adecuadas para el paso de la socialdemocracia a la actuación pública, sin rehuir en este terreno los choques con las fuerzas armadas del gobierno” (Proyecto de resolución acerca del problema de la actuación política del POSDR, 19 de abril (2 de mayo), de 1905)

“Mi tarea consiste en exponer cómo está planteado el problema de la participación de la socialdemocracia en un gobierno provisional revolucionario. (…) este problema no nos interesa tanto, considerado en relación con la situación práctica como porque nos ha sido impuesto por una polémica de prensa. (…) La cosa se ha convertido en un problema teórico inaplazable, que es necesario esclarecer. Se trata del problema de la claridad de nuestros objetivos. (…) Martínov sostiene que una participación decidida en la insurrección nos pondría ante el grave peligro de que el proletariado nos obligase a asumir el poder. (…) A propósito de esta peculiar referencia al peligro de una victoria en la lucha contra la autocracia, hubo de preguntar Vperiod a Martínov y a L. Mártov de qué se trataba, si de la dictadura socialista o de la dictadura democrática. Se nos citan las famosas palabras de Engels sobre la peligrosa situación en que se coloca el dirigente situado en el poder en nombre de una clase que no se halla todavía en sazón de asumir la dominación total. En Vperiod, hemos puesto en claro que Engels quiere referirse a la peligrosa situación del dirigente cuando éste comprueba post factum la divergencia existente entre los principios y la realidad, entre las palabras y los hechos. Semejante divergencia trae consigo un descalabro en el sentido de una catástrofe política, no en el de derrota física. (…) Si lanzamos la consigna de la insurrección, no tenemos derecho a asustar a la socialdemocracia con la perspectiva de que llegue a triunfar. (…) (Lenin, Informe sobre la participación de la socialdemocracia en un gobierno provisional revolucionario, 18 de abril (1 de mayo) de 1905)


“… d) independientemente de la posibilidad de una participación de la socialdemocracia en el gobierno provisional revolucionario, deberá propagarse en las más amplias capas del proletariado la idea de que el proletariado, armado y dirigido por la socialdemocracia, tendrá que ejercer constante presión sobre el gobierno provisional para defender, consolidar y ampliar las conquistas revolucionarias”(Proyecto de resolución sobre el gobierno provisional revolucionario, escrito antes del 18 de abril (1 de mayo) de 1905).

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