lunes, 4 de abril de 2016

La Internacional Comunista y la lucha armada (VII)

Envío un último texto de la Internacional Comunista referido a la situación en Irlanda en el cual la Comintern apoya claramente la lucha armada del proletariado irlandés que, para esa época, era desarrollada principalmente por el Ejército Ciudadano Irlandés y luego por el Ejército Republicano Irlandés.

James Larkin y James Connolly

RESOLUCIÓN SOBRE IRLANDA

El 4º Congreso de la Internacional comunista protesta enérgicamente contra la ejecución de cinco revolucionarios nacionalistas llevada a cabo el 17 y el 25 de noviembre, por orden del Estado libre de Irlanda. Llama la atención de todos los trabajadores del mundo sobre ese acto salvaje que corona el furibundo terror imperante en Irlanda. Más de seis mil personas que combatían valientemente contra el imperialismo británico han sido encarceladas, numerosas mujeres fueron obligadas a realizar una huelga de hambre en la prisión y ya han sido abiertos mil ochocientos procesos durante los cinco meses de lucha contra este terror cuyas atrocidades superan las de los “Black and Tans”, las de los fascistas italianos o las de los “Trust Thugs” norteamericanos. El Estado libre que, sin vacilar, empleó la artillería y las municiones proporcionadas por los ingleses, los fusiles y las bombas, y hasta aeroplanos con ametralladoras contra la multitud a la vez que contra los revolucionarios, coronó todos esos crímenes con la brutal ejecución de cinco hombres, simplemente porque les encontraron armas. En el fondo, esta ejecución es un acto desesperado, la prueba directa de la derrota del Estado libre que hace una última tentativa por romper la resistencia de las masas irlandesas combatientes contra la esclavitud que pretende imponerle el Imperio Británico. Los republicanos sólo pueden ser derrotados por un gobierno terrorista imperialista que no vacila en emplear los medios más brutales contra el movimiento obrero irlandés, desde el momento en que este último trata de llegar al poder o de mejorar sus condiciones de vida. Eso es lo que ocurre indudablemente en Irlanda. Al sostener esas ejecuciones, la mayoría del Labour Party, dirigida por Johnson, cometió la traición más criminal que podía perpetrar contra la clase obrera, precisamente en momentos en que el órgano capitalista más reaccionario de Irlanda, que en 1916 reclamaba imperiosamente la cabeza de Connolly, se levanta contra este bárbaro acto del gobierno. La Internacional comunista alerta a la clase obrera de Irlanda contra esas traiciones al ideal de Connolly y de Larkin e indica a los trabajadores y campesinos irlandeses que la única salida del terrorismo del Estado Libre y de la opresión imperialista está en la lucha organizada y coordinada tanto en el dominio político e industrial como en el militar. La lucha armada, si no es reforzada y apoyada por la acción política y económica, culminará inevitablemente en la derrota. Para lograr la victoria, las masas deben ser movilizadas contra el Estado libre, lo que sólo es posible sobre la base del programa social del Partido comunista de Irlanda.

La Internacional comunista envía sus saludos fraternales a los revolucionarios irlandeses que luchan por la liberación de su país, persuadida de que pronto emprenderán el único camino que conduce a la verdadera libertad, el camino del comunismo. La Internacional comunista apoyará todos los esfuerzos tendientes a organizar la lucha contra este terror y ayudará a los obreros irlandeses y a los campesinos a lograr la victoria.

¡Viva la lucha nacional de Irlanda por su independencia!

¡Viva la República Obrera de Irlanda!

¡Viva la Internacional comunista!

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