martes, 12 de febrero de 2008

Mucha merca


Hoy en la contratapa del Boletín Oficial, perdón, de Página/12 , salió una nota de Adrián Paenza sobre la cantidad de cocaína que se consume en Italia.

Parece que unos científicos tomaron muestras del río Po y de unos piletones cloacales de Milán y analizaron la presencia de una sustancia que generan los consumidores de cocaína y que se encuentra presente en la orina. Como los desechos van a parar a ese río y a los piletones....

La cantidad de esa sustancia equivale según Paenza a un consumo de 4 kg de cocaína por día. A 100 dólares el gramo estamos hablando de 400.000 dólares por día. Mucha guita y mucha merca, eso espanta a Paenza.

Sus motivaciones son altruistas. El estudio permitiría contestar ciertas preguntas formuladas por el notero como ser ¿Cuánta cocaína se consume por día en la Argentina? ¿Cómo varía por ciudad?¿Qué diferencia hay en el consumo, entre los días laborables y fines de semana? ¿Cómo incide el poder adquisitivo? ¿Cuánto dinero involucrado hay? ¿Cómo varía con el tiempo?.

Son preguntas cuyas respuestas deberían conocer los Estados si les interesara tener un relevamiento de lo que está pasando en la sociedad y de esa forma poder cuidar la salud de los ciudadanos y establecer políticas preventivas en consecuencia.

Lo que maravilla a Paenza es que estos estudios permiten conocer la realidad de la droga sin invadir la vida privada.

Sin embargo, me surgen algunas dudas. Por ejemplo, la sustancia en cuestión (benzoilecognina) permanece 72 horas en el organismo así que no sé si resulta tan fácil decir: x cantidad de BE = x dosis de cocaína. Me pregunto cómo se hará para saber cuanta de esa sustancia pertenece al consumo de ayer y cuánta al de antes de ayer. Pero eso no es la cuestión principal.

La cuestión principal es que si se quiere tener una política de salud adecuada no queda otra que legalizar la producción, comercialización y consumo de las drogas hoy ilegales. Porque la ilegalidad impide el control sobre las sustancias comercializadas permitiendo que se utilicen sustancias mortales para fraccionar el producto.

En su momento me tocó estudiar un poco el tema y había un estudio que resaltaba que el 90% de los que morían en España por sobredosis de heroína morían por un shock producido por las sustancias de corte y no por la heroína propiamente dicha. En general los heroinómanos que mueren por sobredosis de la droga lo hacen entrando en coma y no en shock. Eso ocurre por la falta de control que es consecuencia de esa ilegalidad.

Existen muchos argumentos en contra de la legalización. Son los argumentos del miedo.

Uno muy estúpido supone que si se legaliza todo el mundo va correr a comprar droga para ponerse de la cabeza.

Otro es el de la defensa social. En tanto los drogadictos representan de alguna manera a la decadencia, la penalización estaría defendiendo a la sociedad de ese estado decadente que suelen presentar los que ya no pueden recuperarse.

Otro argumento es que la droga destruye a las familias. Seguimos con el miedo a la degradación social.

También se sostiene el argumento del contagio por el cual se razona que si se consume en forma pública todos vamos a imitar al que consume.

A nadie se le ocurre pensar que quizás tanto drogón dando vueltas sea consecuencia de esa degradación social o que sea consecuencia de familias destruidas de antemano. Mientras tanto los adictos, que en algún punto son víctimas, son tratados como delincuentes y criminalizados en muchos países, empujados a consumir en la ilegalidad.

El consumo de tabaco (droga legal) mata a más de 5 millones de personas al año en todo el mundo.

Sin contar los incapacitados y enfermos el alcohol mató en el 2002 a una persona cada 2 minutos en América Latina.

No me imagino a los directores de Diageo (el mayor productor mundial de bebidas alcohólicas con ganancias de alrededor de 3.000 millones de dólares anuales, productor del vodka Smirnoff por ejemplo) o a los accionistas de Phillips Morris, escapando por las terrazas de las casas como lo hizo en su momento Pablo Escobar. Sin embargo sus productos son tan dañinos para la salud como la cocaína.

El abuso en el consumo de alcohol tiene las mismas consecuencias mortales que el abuso en el consumo de drogas ilegales y es igual de difícil la rehabilitación (al punto que se sostiene que uno nunca se cura). Sin embargo, no sólo se permite su producción y comercialización sino que también se estimula su consumo (al igual que con el tabaco).

Paenza se preocupa también por los pobres, tan propensos a caer en las redes del sistema penal, como si éstos fueran los principales consumidores de cocaína. Ya me imagino a los pobres gastándose 10 dólares por día por una dosis de cocaína. Tan mal no les va a mis descamisados.

Paenza no se pregunta por qué la gente consume este tipo de basuras.

Estas drogas, legales o ilegales, producen un efecto inmediato de placer y, a mediano plazo, son adictivas. A Paenza no le llama la atención que la gente busque darle placer a su vida mediante sustancias peligrosas para su propia salud. No se imagina qué carajo puede estar tan mal en la sociedad para que caigamos en esa situación.

Se pueden esbozar muchas conjeturas. La primera que se me viene a la mente es "vacío existencial". No me parece demasiado tirado de los pelos sostener que una sociedad caníbal como en la que vivimos, de competencia perpetua, de alienación constante, de insatisfacción permanente, produce en algunas personas (muchas por cierto) tal vacío existencial que sienten la necesidad de adormecerse con alguna de esas sustancias.

Como siempre, las soluciones no serán individuales ni locales. Tampoco se puede asegurar que cambiando la estructura de la sociedad vayamos a solucionar este problema. Pero de seguro no va a haber cambio positivo al respecto si seguimos en donde estamos.

Saludos

4 comentarios:

Severian dijo...

Hola luk@as ¡Felicitaciones por el blog! procuraré venir a romperle la paciencia periódicamente (de hecho estoy estrenando mi conexión hogareña con este comment, todo un honor le tocó:)

Mire, el otro día después de una discusión con un agente de la ley (le dí una clase de instrucción civica a los gritos, quedé afónico pero le aseguro que el tipo no jode a nadie mas al menos por un par semanas) pensaba que el control del cumplimiento de las leyes siempre roza lo ilegal. Es decir, digamos que un policía me ve cargar en el baúl de mi auto un bolso grande con paquetes de polvo blanco en su interior (no fué el caso, es solo un ejemplo) ¿que tiene que hacer? En ausencia de delito flagrante la policia no puede detener a nadie, la mera "sospecha" no es excusa, o no debería serlo, para pedirle a nadie que se identifique ni que muestre sus pertenencias. Supongamos que mi cara es muy similar a la de un narco muy buscado (tampoco fue el caso, que yo sepa) ¿que hace? ¿me detiene? de nuevo, no puede hacerlo sin la orden de un fiscal o juez (como le quedo muy claro al oficial en cuestion, después de gritarselo durante una hora en la oreja). Entonces ¿como verificamos si se cumplen las leyes sin violarlas, sin inmiscuirnos en la privacidad de nadie? Ya sé que es un argumento muy común de la derecha Blumberguiana, pero la respuesta en muchos casos no es para nada trivial, al menos no esta a la altura de las entendederas de mucha gente a quienes damos uniformes, ni tampoco de aquellos a quienes hacemos legisladores.

Ud. me dirá que son contradicciones del sistema capitalista, pero la verdad no me imagino que en Cuba las cosas sean diferentes (si bien es cierto que la policia es mucho mas amigable). Ni en el socialismo perfecto tampoco.

El estudio que cita es muy interesante, mas que nada porque es una manera de medir la cantidad de cocaína en la población sin inmiscuirse en la vida privada de nadie. Habría que imaginar formas similares de controlar otras cosas. Claro que no todo es controlable de la misma manera y puede que al final siempre será necesaria la figura de detención "bajo sospecha", pero es una muestra de que hay cosas que se pueden hacer cumpliendo todas las de la ley. Respecto de los pruritos que ud. marca (que la sustancia dura 72hs en el cuerpo, etc) no se si los habrán tenido en cuenta, pero no le quepa duda que esos son parámetros controlables y que, si esa sustancia es medible en las cloacas, existe una forma correcta y útil de usar esa medida.

Ahora bien, llendo más al punto, creo que deberíamos preguntarnos ¿por qué están prohibidas las drogas, después de todo? Quiero decir, el articulo 17 (¿17?) de la constitución nacional dice que las acciones privadas de los hombres que no ofendan el orden público estan excentas de la autoridad de los magistrados. Prohibimos la cocaina porque es mala para la salud pero permitimos el aguarras que, supongo, debe ser mucho peor. No veo por qué tengo derecho a matarme tomandome un litro de aguarrás y no con una sobredosis de cocaína. Si me quiero matar, el "como" es mi problema. De hecho hay drogas prohibidas cuyo efecto nocivo no es mayor que el de la aspirina y cuyo efecto adictivo no esta probado (creo que el LSD es un ejemplo). La única respuesta que yo encuentro es que algunas drogas están prohibidas porque es la única manera de ganar dinero con ellas. Si la marihuana fuera legal, con cuatro macetas cualquiera se autoabastece. Destilar extractos de cualquier planta es bastante sencillo (un erlenmeyer, un mechero y un par de tubitos), con lo que el opio o la cocaína no están muy lejos del alcance de una farmacia de barrio. Tengo entendido que la heroína se extrae de un modo mucho más complicado, y que el LSD es una droga de laboratorio con abundantes complicaciones, pero tampoco creo que su precio de venta sería muy alto si fueran legales.

En fin, creo por principio que todas las drogas deberían ser legales, como lo son el aguarrás, las hachas y los automóviles, cada uno es responsable de sí mismo, la única responsabilidad que le cabe al estado es la de la información adecuada.

LR dijo...

Gracias por las felicitaciones. No es el artículo 17 de la constitución sino el 19 (el de las acciones privadas de los hombres).

Con respecto a la detención sin orden del juez existe la figura de la averiguación de antecedentes pero también la de averiguación de identidad. La ley creo que 17.671 de Potencial Humano (dictada por Onganía y todavía vigente) exige que todos llevemos nuestro documento de identidad encima y permite que las fuerzas de seguridad lo requieran.

La cara de narco. Eso me hizo acordar a una anécdota que me contaron en la cátedra de derecho constitucional. Resulta que unos polis detuvieron a unos tipos de traje porque "parecían ser del norte del país" (o sea, salteños, jujeños o parecidos a bolivianos, me entiende). La cuestión es que pusieron esa justificación en el acta de detención. La cuestión también fue que a esos tipos de traje le encontraron varios kilos de cocaína en unos portafolios. Sin embargo, tuvieron que soltarlos porque la detención y la obtención de la prueba fue consecuencia de un acto discriminatorio, ilícito. Es lo que se conoce en derecho como "el fruto del árbol envenenado". Es decir, si las pruebas se obtienen por medios ilícitos no son válidas.

Yo estoy de acuerdo con la coherencia. Si el alcohol es adictivo y mortal consumido en determinadas cantidades debería prohibirse como se prohíbe otras drogas. Lo mismo con el tabaco. Si priorizamos la autonomía personal (con todas las limitaciones que tiene ese autonomía en una sociedad capitalista) todas las drogas deberían ser permitidas, y controladas su producción y comercialización. En Argentina por ejemplo por la ANMAT.

Hay un artículo de Carlos Nino, un jurista filósofo liberal, escrito allá por 1980 con motivo de un fallo de la Corte de la dictadura en el caso Colavini que es muy bueno. Discurre sobre las cuestiones de la autonomía personal, con un evidente sesgo liberal, muy recomendable. Fue publicado por la editorial La Ley en sus tomos de jurisprudencia y doctrina.

Saludos y gracias por darse una vuelta y tomarse el tiempo para leer.

brasil dijo...

Todo planteado impecablemente. Además la legalizacion traería aparejada una mayor posibilidad de planes de ayuda a los "dependientes"

Y yendo a una lógica puramente capitalista, si se legalizara el precio caería rotundamente. Caería por ende la rentabilidad, y muy probablemente la produccion se vendría abajo en picada

Tal vez el negocio continue siendo ilegal simplemente para seguir siendo negocio

LR dijo...

Por supuesto Brasil. Si se legalizara ya no sería un mercado negro con todos los costos que implica moverse en un mercado ilegal. De ahí ya tenemos una reducción de costos. Pero también habría otros capitalistas (más de los que hay ahora) que invertirían y competirían entre sí para ver quien vende más frula. La cuestión es que la inversión aumentaría la oferta provocando una nueva caída de precios. A su vez, producto de la legalización se invertiría en tecnología para poder producir mas en menos tiempo y así estar en mejor posición competitiva. Nuevamente se produciría una caída en los precios. Y así, un negocio legal más de los capitalistas con la misma tendencia de la ganancia a decrecer.