Hay maridajes que son indiscutibles, vino tinto con determinados quesos fuertes, habanos con brandy o leer un poema de Pessoa mientras escuchamos un fado. De paso, escarbamos en la herida. Y eso, si Lacan tiene razón, no deja de ser parte del goce.
El amor es una compañía
El amor es una compañía.
Ya no sé andar solo por los caminos
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible
me hace andar más deprisa
y ver menos, y al mismo tiempo
gustarme mucho el ir viéndolo todo.
Incluso su ausencia es algo que está conmigo.
Y me gusta tanto que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino
y soy fuerte como los altos árboles.
Pero, si la veo, tiemblo,
no sé qué se hace de lo que siento en su ausencia.
Todo yo soy una fuerza que me abandona.
Toda la realidad mira hacia mí
como un girasol con su cara en el medio.