domingo, 16 de mayo de 2010

El caso Villegas

¿Cómo se puede hablar / escribir sobre este tema sin caer en la moralina fácil, en la mirada sesgada por el legalismo o en la denuncia fácil de la sociedad patriarcal sin mayor contenido que esa denuncia?

Voy a intentar escribir sobre este asunto y veremos después si caigo en alguna de esas posturas (o en todas). Lo que me impulsa a escribir sobre esto lo digo al final. Alguno lo compartirá, otro me dirá que soy un pelotudo (qué novedad) pero bueno, es lo que pienso.

Creo que hay que tener cuidado al encarar un tema como el de General Villegas porque hay muchas cuestiones a tener cuenta que son contradictorias.

Si se analiza la cuestión sólo desde el punto de vista jurídico no importa si hay consentimiento de la menor de 14 años, hay delito igual. La ley penal entiende que un menor de 14 años no puede dar el consentimiento para tener una relación sexual. Si la relación es con otro menor pues el delito no es que no existe sino que no es punible. Si la relación es con un mayor sí es punible.

Sin embargo, desde el punto de vista legal existen contradicciones con el tema los menores.

Por ejemplo, un/a menor de 14 años puede dar su consentimiento para ser explotado por un capitalista ya que eso está permitido por la ley de laboral. Es decir, puede celebrar un contrato de trabajo. Sin embargo, no puede celebrar otros tipos de contratos sino hasta los 18 años. Por ejemplo, en el improbable caso que pudiera y quisiera comprar una casa, antes de los 18, con el fruto de su trabajo, necesitaría la autorización de sus padres.

Lo mismo ocurre para casarse según la ley civil. Para que un menor de 18 años se case no sólo se necesita el consentimiento del menor sino también el de sus padres. Así, un/a menor de 14 años se puede casar (con otro menor o con un mayor) si obtiene el consentimiento de sus padres. Ahora bien, una vez que está casado/a le caben los deberes conyugales y dentro de los deberes conyugales está el de tener relaciones sexuales. Al punto que la negativa permanente a tenerlas (no la negativa puntual) constituye causal de divorcio. Es decir, que un/a menor puede tener relaciones sexuales a los 14 años si los padres dan su consentimiento para que se case (independientemente si se trata de un menor o un mayor). Sin embargo, si no hubiera casamiento previo y los padres consintieran la relación sexual serían partícipes necesarios del abusador.

Esas son las contradicciones de la ley burguesa que necesita el paso rápido a la adultez para responder a las necesidades de la acumulación capitalista a la vez que la legislación se dicta en el contexto de la lucha de clases y su contenido también es un reflejo de la misma: En este caso la legislación que protege a mujeres y niños se debe a la lucha que se ha entablado a nivel popular para lograrlo en los últimos dos siglos (con avances y retrocesos claro está).

Ahora bien, tampoco cabe analizarlo solamente desde una perspectiva moral. Sospecho de todo enfoque represivo de lo sexual. Sabemos que los chicos despiertan sexualmente cada vez más temprano. En un contexto de degradación del nivel de vida de las masas como consecuencia del proceso de concentración y centralización capitalista, hace que las mujeres de familias obreras se embaracen, cada vez más, a temprana edad. El embarazo de mujeres adolescentes de familias obreras es cada vez mayor. No quiere decir que no ocurra con las adolescentes de la burguesía sólo que en este caso tienen acceso al aborto en condiciones sanitarias adecuadas y previamente a la información (ya que reciben mejor educación) y a los anticonceptivos (ya que tienen recursos para adquirirlos por su cuenta). Las mujeres de familia obrera no tienen acceso a una educación de calidad, ni a los anticonceptivos ni al aborto legal y gratuito. Por ende, los embarazos adolescentes en la clase obrera son una consecuencia no de una degradación moral promiscua sino, principalmente, de una degradación material en sus condiciones de vida.

Cuando se ven adolescentes embarazadas se ven posibles delitos pasados como el de General Villegas. A la luz de la cantidad de mujeres adolescentes embarazadas hay que concluir que lamentablemente es un delito muy común.

En el caso de Villegas, la familia de la nena es una familia obrera, sus padres tienen unos ciclomotores con los que hacían delivery para una parrilla (y su hija a veces los ayudaba) y luego se pusieron una pizzería que trabajaban ellos mismos (con lo cual, a lo sumo, ascendieron a pequeña burguesía empobrecida en riesgo permanente de proletarización).

Los tres abusadores también pertenecen a la clase obrera y viven en casas y barrios obreros. También se los persigue por esto y en eso también debe estribar la bronca de algunos de los que se manifestaron a favor de ellos. Que los manifestantes deben saber que hay mucho hijo de ricachón que hace lo mismo pero nadie le toca el culo y a estos tipos sí porque son pobres. De todos modos no se justifica porque es como decir que porque no se atrapan a todos los que violan hay que dejar libres a los que se atraparon.

Por último, me parece muy importante lo que ha salido en algunos medios que es que la menor, en la Cámara Gesell, ha manifestado que se sintió coercionada a tener sexo con esos tres tipos. No hace falta que te amenacen explícitamente con hacerte daño para sentir miedo. Una menor ante tres mayores puede sentirse intimidada ante la sola presencia de ellos o ante alguna mirada violenta. De todos modos, por lo que se, la prueba en la Cámara Gesell es bastante certera y es casi imposible de engañar a los profesionales que intervienen ya que no se limita a un par de entrevistas sino que también se le hacen diferentes tests psicológicos. Suponer que una menor de 14 está preparada intelectual y emocionalmente para burlar a profesionales psicólogos y psiquiátricos sería sencillamente una canallada.

Sin embargo, a pesar de todo eso, a mí lo que me llama más la atención es que según los manifestantes esta no es la primera vez que ocurre con esta chica, que la chica tiene además problemas psicológicos que la llevaron a fugarse de su casa a los 12 años.

Entonces, lo que más llama la atención es la falta de empatía con la nena por parte de los tres abusadores, porque aun cuando no la hayan amenazado o intimidado u obligado, se han aprovechado de esos problemas psicológicos, de su inmadurez, y la han abusado. Pero además, la estigmatizaron con un video que pasó por todo un pueblo. No la cuidaron, la hicieron mierda. Y esa falta de empatía con el sufrimiento ajeno es parte de la degradación moral que es a su vez consecuencia de la degradación material que se da en el capitalismo. El “me importa un carajo el otro”. Eso es lo que me da más bronca de todo este asunto.

Saludos